lunes, 25 de junio de 2012

El sueño de los justos

Me costó identificarlo porque siempre lo he visto con traje y perfectamente afeitado. Colocaba propaganda de una tienda de quesos y jamones en los parabrisas de los coches. Cuando me di cuenta de quién era, casi grito por la frustración porque acababa de regresar de tener una conversación de besugos con el sujeto que lo ha sustituido en el banco. Era el encargado de dar las hipotecas en La General. Pero parece que al fundirse dos o tres cajas de ahorros han hecho reajustes de plantillas y este señor -el que repartía propaganda- lo han echado. No sé qué varemos habrán utilizado para decidir quién se queda y quién se marcha, pero sin duda, la inteligencia y los conocimientos no los han tenido en cuenta, y de haberlo hecho, habrán contado como puntos negativos. Durante más de quince minutos he intentado hacerle comprender a  su sustituto que quería saber con qué cantidad de dinero necesitaba contar un cliente mutuo si el constructor le ha dado un presupuesto cerrado de 42.500 €. El propio banco suele hacer una tasación de la futura edificación y da un 80% de ese valor. Ni siquiera estaba pidiendo la tasación -documentación que suelen proporcionarlo sin impedimento si saben que estás relacionado en la construcción de forma directa. Sólo quería saber qué cantidad necesita tener mi cliente... uf, no ha habido forma. El sustituto se obstinaba en asegurar que ese dato él no lo tenía y que no había forma de saberlo. (Aaaaaaaaah, qué frustrante!!!!). 

Hemos tomado una cerveza en La Rosquilla y me ha dejado desahogarme a gusto (creo que incluso ha disfrutado cuando se me escapó un par de veces la palabra mentecato e inepto refiriéndome a su compañero, por el cabreo -por lo general soy muy respetuosa con la falta de inteligencia de los demás porque sé que la mía tampoco está muy allá). 

Asegura que no está tan mal como aparenta. Estuvo deprimido durante unos días, cuando le informaron del despido poco antes de hacerse efectivo. Pero que ya está bien, incluso mejor que antes. Que cuando se ocupaba de las hipotecas, le pesaban sobre su conciencia como losas conocer todas y cada una de las historias de la gente que no podía hacer frente a los pagos y perdían todo. Asegura que ahora puede dormir sin somníferos. 

4 comentarios:

  1. Mira BK, mi prodigiosa memoria me impide recordar si entre algunos de los varios frustrados intentos de dejar un comentario en esta tu casa, he conseguido decirte lo mucho que te admiro desde que te sigo. Son varios los motivos y no los pienso escribir porque me frustraría que una vez más mis pensamientos y sentimientos quedaran en el limbo. Sobre todo me gustaría que supieras que tus crónicas de las historias del pueblo de tu abuela son buenííísimas. Sigue recopilando y contándolas por favor. Me encanta leerlas en tu estilo. Soberbias!
    Un fuerte abrazo. Montse

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    1. Oooooh, muchas gracias por tus palabras, Montse. Sí te había dejado escribir este maldito trasto en una ocasión.

      Es divertido recordar las historias de mi abuela. Me las contaba cuando yo era bastante pequeña y la mayoría me las tienen que refrescar mis hermanos y madre. Me alegra que te gusten.

      Saludos

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  2. Y es probable que aunque a vos te haya dado mucha impresión verlo repartiendo volantes, él se sienta efectivamente mejor. Tengo una buena amiga que trabaja en un banco y vive deprimida. No sé si al final lo que te paguen a fin de mes compensa si se lo tiene que terminar gastando en psiquiatras y remedios.

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    1. Ja! Buen punto de vista: lo de ahorrar en psiquiatras. Se lo tengo que decir la próxima vez que lo vea.

      Lo que me dio mucha pena al verlo, no es que tenga un trabajo peor remunerado que el anterior (él es feliz) si no que en su lugar haya quedado un pardillo, un señor sin suficientes conocimientos, además de prepotente. Además, que en este momento, toda la experiencia que tiene y su capacidad para satisfacer las necesidades de cada uno de sus clientes, se esté perdiendo.

      Muchas gracias por leerme. Saludos
      :-)

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