miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un día a vuela pluma

Guille lleva dos semanas intentando votar por correo para el 9-N. No hay forma, en correos no tienen información (en parte es comprensible). Pensamos que sabrían cómo hacerlo en la casa de Barcelona en Granada. Cerca tenemos la casa de Ceuta y Melilla, la casa de Jaén, la casa de Extremadura... (en realidad son bares); pero no hemos encontrado la casa de Barcelona ni de Cataluña (será que no existe).

A primera hora de la mañana dimos presupuesto para hacer una nave de aperos (es un eufemismo de vivienda en terreno rural -donde supuestamente no se puede edificar-). Estaba tirado, sin apenas margen de ganancias (pero a veces es mejor trabajar y ganar poco o no tener obligaciones y pensar que somos inútiles). Al mediodía nos llamaron rechazando el presupuesto (tentándonos para ver si podíamos rebajarlo aún más). Alguien se lo hacía más barato (suponemos que no pagarán seguro). 

Al final ningún político abrazó a Teresa Romero. Mejor para ella: podrían haberle pegado algo malo.

Al mediodía almorzamos shawarmas de pollo. A los ternera le han encontrado carne de cerdo y de caballo (los de pollo no es que no tengan carnes extrañas, es que no los han examinado). Si algún día inspeccionan la fauna microscópica de esa comida, seguro que se llevaban más de una sorpresa. Es mejor comer y no pensar en ello. 

Unos compañeros quieren montar una academia para dar clases a los estudiantes de arquitectura y arquitectura técnica. Piensan enseñar a manejar todos los programas necesarios para la vida laboral y centrarse, sobre todo, en servir de apoyo a los estudiantes con finales de carrera (ayudarles a hacer presentaciones, a centrarse en las cosas importantes, a trabajar todos los días un poco...). Puede ser interesante. 

Esta noche tocaba arreglar el armario de los zapatos (ya hace frío para andar en sandalias). Es divertido. Siempre encontramos algún par que habíamos olvidado que compramos el año pasado. 

Ahora toca correr. 

7 comentarios:

  1. Es difícil el tema de los honorarios, si, creo que hay gente que aprovecha la crisis y hace rondas de ofertas a ver si encuentran un arquitecto que se lo haga gratis y ademas se la chu... con perdon :-)

    Yo ya pasé por todas las fases, a saber;

    a. Cobrar lo que se cobraba antes y quedarme mirando para el aire. (frustrante)
    b. Cobrar para perder dinero, y trabajar con una mala h*stia tirando a intensa
    c. Cobrar para perder dinero y aún así no conseguir el trabajo. (satisfaccion por hacer lo correcto mezclado con angustia tipo mayday, mayday!)
    d. Cobrar lo justo para ganar algo, tener algun trabajito y ver que solo cubro gastos y no se puede seguir así mas tiempo...

    Ahora estamos en la d) creo...
    y aún menos mal, "traballar para quecer" que decimos aqui, trabajar para calentarse, por aquello de no coger frío... :-D
    saludos
    pam

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    1. Ja, tienes toda la razón con los clientes. Mi marido a menudo viene quejoso: Este tío me trata como a una puta y encima quiere que le pague la cama, suele soltar, porque hay clientes que pretenden no pagar nada por adelantado (ahora no nos fiamos ni de nuestra sombra porque ya nos ha ocurrido más de una vez que después de hacer el anteproyecto, el cliente se ha pirado con nuestro trabajo a otro arquitecto que le cobraba más barato -sobre todo porque parte del trabajo ya se le daba hecho-).

      Nosotros ya nos hemos estrujado hasta lo inimaginable para ahorrar en gastos y evitar que nos cueste dinero trabajar. Teníamos tres estudios: uno en Barcelona, otro en Málaga y otro en Granada, los de Barcelona y Málaga pasaron a mejor vida. Antes entregábamos tres copias en papel de los proyectos, ahora sólo una y todas las que quieran en digital... etc.

      A veces, cuando me tiro las noches sin dormir por entregar algún trabajo, pienso que no merece la pena dadas las pocas ganancias que sacamos. Pero si no trabajo, me da la sensación de estar haciendo novillos y soy incapaz de disfrutar del tiempo libre que tenga.

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  2. Aunque parezca un contrasentido creo que a los diarios les sobran las personas. Desde mi punto de vista en las emociones y percepciones, e incluso en las simples cosas, se descubre un caudal inagotable de protagonistas anónimos que sugieren sueños a los lectores. ¿O es que no pretendes compartir sueños con ellos? En cambio cuando se concreta (a veces por un equivocada interpretación de la lealtad) en los seres que nos rodean (Guille y la aparejadora) el relato se hace más prosaico y pierde interés. Sé que no aceptarás la sugerencia por hermosa espontaneidad que reconozca satisfactoriamente en tus renglones, pero amén solo se debe decir en misa...y tampoco siempre.
    Y una incursión mía de este tipo, breve, esporádica y alérgica a la polémica que nos imponen los acontecimientos, es suficiente para encontrar más afinidades que discrepancias.
    Pese "a lo que pesó", me sigues cayendo muy bien. Eres una persona que exhalas una frescura no fácil de encontrar. Y esa es una virtud mayúscula, creo yo.

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    1. No es que no quiera seguir tu consejo, es que no sabría cómo hacerlo. Me cuesta mucho trabajo extirpar de un comentario a la persona que lo ha generado. Soy mucho más simplona de lo que imaginas.

      Muchas gracias, principalmente por las palabras de tu último párrafo.

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  3. Uno debe aclarar que escuchando (con cascos, con cascos) esta preciosa banda sonora ha flotado un rato y ha recuperado momentos de juventud.

    https://www.youtube.com/watch?v=Em4deCjfMug

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    1. Y seguiré explicando (parece necesario) que como melómano soy un gran admirador de Alberto Iglesias, compositor de muchas película de Almodóvar, entre otros grandes.
      Lucía y el sexo - cuyo enlace he aportado de forma tal vez algo desafortunada, dado su "escandaloso" título - es precisamente de Julio Medem, otro director de gran sensibilidad.

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    2. Oooooooooh, en algo coincidimos completamente. A mí también me encanta Alberto Iglesias (huy, he estado a punto de escribir Pablo Iglesias -qué metedura de pata habría sido-).

      Desgasté de tanto escucharlo el CD de Hable con Ella. También me encanta la banda sonora de El Jardinero Fiel. He escuchado mil veces esta banda sonora pero aún no he visto la película porque quería leer primero el libro (no me gusta ver primero la película porque se imponen sus personajes y escenarios en mi imaginación, a pesar de la descripciones del escritor).

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