jueves, 13 de noviembre de 2014

Escuchame

Cuando me amanece con los dedos aún en el teclado y la mente puesta en vigas, cerramientos o pilares, suelo enlazar un día con otro y comenzar la monotonía matutina como si me acabara de levantar. Pero hoy no. Estada demasiado cansada y me propuse tumbarme un rato, desconectar el tiempo suficiente para, tal vez, soñar y recuperar la amabilidad con que se mira al mundo después del descanso. El ajetreo que produce el colegio Tierno Galván a primera hora de la mañana había cesado y no era lo suficientemente tarde para escuchar el zumbido del enjambre que se percibe desde mi atalaya a la hora del recreo. Soy perezosa para los quehaceres domésticos. Preferí tumbarme en el sofá a deshacer la cama. Como tengo pocos conocimientos de acústica y la ignorancia vuelve milagro lo que no entendemos, aunque tenga una explicación coherente, me asombró poder escuchar con toda claridad las conversaciones que se producían justo bajo mi ventana, en una plazoleta que estos días apesta por culpa del estiércol con que abonan las plantas. En el idioma español deberían inventar una palabra que definiera el diálogo que en realidad es un monólogo con una de las partes que se limita a asentir. Esa fue la primera conversación que escuché. Un hombre hablaba sobre el equipo de fútbol del granada y lo pésimo que es el entrenador y su interlocutor, que podía ser hombre o mujer, sólo emitía sonidos guturales. Quien mantenía la conversación, parecía encantado de escucharse. Es posible que el acompañante únicamente fuera de atrezo, para evitar que lo consideraran loco quienes lo vieran hablando solo. Sin apenas tregua, el monólogo fue sustituido por una pareja discutiendo. La mujer se quejaba de que cuando estaban juntos le hacía más caso al teléfono que a ella (Puto caso me haces por culpa de la mierda del móvil); él alegaba que eran cosas importantes de su trabajo (Es cosa del curro y sino contesto, me van a mandar a la mierda). Ella estaba convencida que un pequeño descanso del móvil no sería tan importante (Por media jodida media hora que lo tengas apagado no te van a dar una patada en el culo)... Estuve tentada a asomarme a la azotea y sugerirle a la chica que le mandara un whatsapp al novio, seguro que le hacía más caso. Con un amigo de Guille nos ocurrió. Lo habíamos invitado a cenar, estuvo todo el tiempo atado a su móvil. Cuando le preguntamos qué deseaba de postre, no nos hizo caso y Guille, de broma, le mandó un whatsapp. Le respondió y aunque él aseguró que había sido para seguir la broma de Guille, yo estoy convencida que fue por inercia.

La pareja siguió discutiendo, pero yo tuve que responder al teléfono. Un cliente al que iban a cortar la luz. Desde ese momento hasta ahora, he estado ocupada, enlazando una obligaciones con otras. Incluso ahora, que estoy escribiendo y parezco ociosa, debo permanecer despierta. Estoy a la espera de la llamada diaria de mi madre. Si le mando un mensaje diciéndole que tengo sueño y me voy a la cama, llamará preocupada y me soltará una perorata sobre los perjuicios de llevar una vida desordenada. Espero, forzándome a mantener los ojos abiertos. Me gusta escuchar sus conversaciones, pero odio sus interminables regañinas.

Cuando despierte, responderé a vuestros mensajes. Me encanta que me hagáis caso. 

9 comentarios:

  1. Pero mujer de Dios, ¿En qué fregaos laborales andas metida que se apoderan de tu vida?
    Por mí desahógate, protesta y maldice, te pondré los oídos y te escucharé con atención y afecto. Y casi mejor será que duermas que escribas, no vaya a ser que en tu desvelo perpetuo te pase como a don Alonso y AMM decida asumir el papel de Cervantes para narrar los revoltijos de tu cerebro.
    Y lo dicho, si me escribes al privado aún será mayor el desahogo y mayor la escucha. Un abrazo grande.

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    1. Me tuvo en vela las redadas de Endesa. Me explico: de vez en cuando, cada tres meses aproximadamente, los de Sevillana (compañía de la luz en Andalucía) se dedican a ir por los pueblos dando avisos de cortes de luz a todas las viviendas que llevan más de tres años con sus licencias de obra y sin concluir la construcción. Hay que hacer certificados para que los propietarios puedan pedir una prorroga de la licencia. No se lleva mucho tiempo, unos 20 minutos en cada uno de ellos, lo malo es que la noche pasada tenía por hacer 48 (llegaron todos de golpe).

      Puestos a escoger, yo siempre me he visto más como un Sancho esmirriado. Que otros pongan la ficción y la locura que yo, sumisa, lo seguiré hasta que recupere el juicio.

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    2. Durante muchos años (unos doce) tuve relación profesional con Málaga, ciudad a la que tengo inmenso cariño y visito en cuanto puedo. Te lo digo porque de los poderes de Sevillana algo conozco. Y también porque cada vez estoy más a gusto en Andalucía.

      He echado un vistazo en el "otro foro" y he visto tu entrada y la de otro conocido que narra su asistencia a la presentación en Sevilla de mi venerado Trapiello. El próximo día 2 Andrés la hará en La Central de Madrid, casi de forma simultánea a mi otro icono, AMM, a quien profeso tanta admiración en asuntos literarios como afecto personal.

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    3. De Trapiello apenas he leído nada; algunos artículos, nada más. Su literatura me parece un poco complicada. Sí suelo entrar mucho en su blog (muy activo, una entrada diaria por lo menos, y en ocasiones, dos). No participo, aunque suele tocar temas interesantes (me pregunto si tiene una cámara en el Rastro sacando fotografías constantemente). También leo los comentarios que escribes. Me gusta el ambiente de personas tranquilas que lo habitan, aunque en más de una ocasión he leído a algún personaje extraño que parece estar deseando sacar las uñas para hincarlas.

      Espero que puedas asistir a ambos eventos, si esa es tu intención. Recuerdo hace dos o tres años, en un fin de semana, en Granada, un viernes por la tarde actuaban Les Luthiers y el sábado por la tarde, en Barcelona, JYJ (un grupo surcoreano que sólo conocemos las frikis, y a quienes sabía que no tendría posibilidad de ver actuar nunca más). Fue más divertida la carrera por llegar que las actuaciones en sí, porque Les Luthiers repitió repertorio y JYJ cantaron acompañados por las miles de voces desafinadas de las fans, que impedían escucharlos a ellos.

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    4. Trapiello es un escritor extraordinariamente interesante y además muy culto. Como bien dices, participo en su blog, aunque ahora con menos frecuencia debido a las repentinas apariciones de algunos reventadores que pretenden provocar. Además de su serie "el Salón de los pasos perdidos", son muy recomendables "Ayer no más" y "Al morir don Quijote". Esta última es la que ahora se continúa con una nueva entrega.
      ¿O sea que tú eres una de las anónimas emboscadas?...¿y cómo es que no te identificas? Supongo que no será por "exceso de modestia" como argumentan algunos o por "exagerada timidez", como esgrimen otros. Además te sobra chispa y simpatía como para necesitar esconderte...
      A las cuatro ¡y hasta las nueve y media! cursillo en el COAM sobre las nuevas matizaciones del DB-HE. Esto es un rollo espantoso que no termina de abrumar. Creo que el agotamiento y el frío me harán llegar a casa y meterme a toda prisa en la cama entre sorbos de cola-cao ardiendo para evitar que mi cuerpo sea todo él un puente térmico de uno noventa metros y ochenta y cinco kilos.

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    5. Gracias por los consejos de los libros de Trapiello (le tengo un poco de miedo a sus libros).

      Leo el blog de Trapiello, pero no participo, y de hacerlo, siempre lo haría con mi nombre o alias. Los reventadores que mencionas, me desaniman a participar. Veo que el propio Trapiello siempre está atento y responde con bastante asiduidad a los comentarios que hacen algunas personas.

      ¡Ja! Te acompaño en el sentimiento por lo del DB-HE. Yo ya he pasado por esa Vía Crucis. Menudo martirio. Un auténtico castigo. En Andalucía, desconozco el resto de España porque hace tiempo que no viso ningún proyecto fuera de esta comunidad, se nos obliga a rellenar el certificado energético con los datos obtenidos del lider-calener. Es un programita muy entretenido y bastante fácil de manejar, pero muy malo, pésimo, lleno de errores de diseño. Si te equivocas en la primera planta que metas, tienes que prácticamente volver al principio. Da errores cuando no los hay, y aparecen plantas fantasmas que hacen dudar de los resultados. Terminas odiando el programa. Y todo para conseguir unos datos ficticios porque nunca (al menos a mí no me ha ocurrido hasta ahora) es igual lo proyectado a lo hecho en la realidad.

      Espero que te sea leve el curso, no te aburras mucho y no maldigas mucho a quienes nos están complicando tanto últimamente la profesión.

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    6. Trapiello es, sobre todo, un grandísimo poeta.

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  2. Siempre te haremos caso, a vez un poco más tarde que temprano, pero siempre te haremos caso. Quiero tener ese don que tienes de poder evitar el tener sueño para así sacarle provecho a las horas dedicadas al sueño. Me recuerdas mucho a mamá, a ella le cuesta conciliar el sueño, y tenia una audición demasiada buena, por lo que empeoraba su situación.

    Espero descanses y que al momento de leer esto, hayas tenido un dulce sueño. Y espero que también lo suficientemetne PG-13 para que nos lo puedas contar, si te apetece contarlo, porque nosotros estaremos complacidos de escucharlo.

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    1. Muchas gracias.

      Sí, he dormido un montón desde la última vez que pude entrar en el blog. Estuve unos días en casa de mi madre y allí tenía interrumpido el servicio de Internet porque se está cambiando de compañía (la dejaron colgada unos días). Podría haber ido a las cercanías del Ayuntamiento, donde suele haber una red abierta, pero ya hace demasiado fresco por la noche para permanecer parada en un banco durante más de cinco minutos. Y el teléfono y el blog se llevan muy mal.

      Eso de dormir poco, es culpa de la carrera. Era complicado -a veces imposible- trabajar y entregar los trabajos a tiempo. Cogí la costumbre de dormir una noche sí y otra no. Al principio me costó mucho, pero terminé acostumbrándome. Hasta seguí con esa costumbre durante las vacaciones de verano, temiendo que me costaría mucho trabajo recuperar la costumbre cuando se reanudaran las clases. Después de terminar la carrera quise volver a la normalidad, pero aún hoy me cuesta.

      Me gusta tener algo en común con tu madre.

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