jueves, 16 de agosto de 2012

Las pequeñas noticias

Uno de los testeros del estudio-patera donde vivimos en Granada está ocupado por una gigantesca pantalla de TV, nos la prestó mi hermano para que Guille pudiera ver la Eurocopa. Decenas de veces hemos intentado devolvérsela, pero siempre surge alguna cosa que hace que el enorme agujero negro que se traga mis ideas, continúe colgado de la pared; creo que en parte por deseo de Guille y con el beneplácito de mi hermano. En Barcelona tenemos televisión, pero está en el despacho de Guille, y puedo evitarla con facilidad. El estudio de Granada es un único y amplio espacio separado, a lo sumo, por biombos y evitarla es prácticamente imposible (tendría que ponerme a trabajar en la azotea y con la que "está cayendo" no es aconsejable).

A Guille le gusta ver los telediarios durante el almuerzo (yo echo en falta la música de jazz o minimalista que ponía antes); pero no me quejo porque bastantes cosas ha tenido que sacrificar por mi culpa y ver las noticias mientras come, es una costumbre que ha heredado de su casa materna.

Ahora los telediarios están llenos de noticias insignificantes; que no serían tomadas en consideración de no ser por la pereza del verano que invade incluso el azar de que ocurran cosas importantes. Sería más feliz no viendo a dos menores (con aspecto de adultas) escupiendo a un anciano con Alzheimer, y posteriormente excusándose en que el hombre les había hecho insinuaciones deshonestas (aunque la expresión del hombre en el vídeo es la de pensar: ¿Qué diablos ocurre? ¿Por qué me hacen esto?). También sería más feliz sin conocer en detalle decenas y decenas de historias de miseria causadas por la crisis y que son muy recurridas en casi todos los programas que echan en las cadenas no estatales.

No es que esté contra la televisión, simplemente sé que sería más feliz no viéndola. También sé que me enriquece, como enriquece todo conocimiento, y en parte me ayuda a pensar de forma diferente sobre algunos temas de actualidad. Como el comportamiento de Gordillo en el asalto a los supermercados. De no haber visto las imágenes, seguramente lo consideraría un héroe (aunque no capacitado para tener un puesto público -me parece una barbaridad que un alcalde considere lícito que se robe a algunos ciudadanos, aunque no sean de su municipio-). Ahora simplemente estoy confusa, sé que fue más una llamada de atención que un acto de recaudar alimentos para quienes lo necesitaban; pero aún así, después de ver las imágenes... sé que podrían haberse conseguido los mismos resultados sin utilizar la violencia y sin tratar de forma desigual a los ciudadanos que por herencia o trabajo están más favorecidos en este momento de crisis. 

1 comentario:

  1. De acuerdo, de acuerdo con lo de Gordillo. Más adelante comentaré en mis anecdotas vividas en la niñez, verdaderos casos de detenciones por ¿robos? ocurridos por la básica necesidad humana: Subsistir.

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