El viernes un indigente me pidió algo para comer. Acababa de salir del supermercado y le di un bocadillo de los que acababa de comprar (queso y lomo). Se molestó. Lo tiró al suelo. Aunque en cuanto me giré, lo cogió. (Estaba envuelto en plástico -nada anti higiénico-).
En la calle Recogidas y Camino de Ronda hay un gasolinera que está cerrada. El viernes se caía el revestimiento de una marquesina. La policía tenía acordonada la zona y supongo que fueron los bomberos para arrancar los trozos inestables. Pero el sábado, la cinta que habían puesto para impedir a los transeúntes caminar bajo la zona de peligro, estaba derribada. Hoy domingo ha llovido -espero que no termine nadie escalabrado-.
He recibido las primeras felicitaciones navideñas. La de un compañero del Colegio de Arquitectos de Málaga es muy elegante: El boceto de una Virgen a lápiz (creo que copia de un cuadro de Rafael). Y otra es la cosa más fea que he visto en postal navideña, y de estética completamente nula: un Papá Noél regordete, con las mejillas encendidas, arreándole a los... ¿son ciervos? en el dibujo parecen gamos, del trineo. Se abre la postal y a la vez que suena una musiquilla como de máquina tragaperras, se enciende una luz roja intermitente.
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