martes, 15 de noviembre de 2016

No es país para pobres

Sé que casi todo tiene un precio. Los aprobados: en el primer estudio de arquitectura que trabajé se hacían proyectos para presentarlos en la universidad (el jefe se hacía el longui para que su conciencia quedara tranquila). La fuerza de la gravedad, o, al menos, burlarse de ella con estructuras para viviendas unifamiliares que cuestan lo que un rascacielos. El amor: sobra mirar una revista de la farándula para toparse con parejas dispares; intercambio de belleza por comodidad económica... Mi madre cree que hasta la vida tiene un precio. Está convencida que si hubiéramos podido llevar a mi padre a uno de esos famosos hospitales de EEUU, aún estaría vivo. Yo estoy convencida que, de haber servido para algo, sólo habría sido para prolongar su agonía. 

Si casi todo se puede comprar y quien tiene dinero sólo tiene que soltarlo para satisfacer una necesidad o capricho, ¿por qué, encima, muchas leyes les benefician a ellos exclusivamente y olvidan a los más desfavorecidos?

Un cliente ha comprado 4.500 m² de tierra de regadío en la costa tropical granadina. Quiere plantas kiwis amarillos. Está convencido que tendrá éxito, incluso tiene un estudio que lo corrobora. Pero los kiwis amarillos para los cacos son tan codiciados como el propio oro; por lo que la plantación necesitaría vigilancia constante, y para la comodidad del vigilante es necesaria una vivienda, pero la normativa exige que la plantación tenga 5.000 m² para que en un terreno rústico se pueda edificar. Para el arquitecto municipal la solución es fácil: Que compre 500 m² de tierra más. De repente me entraron ganas de hacerle tragar el proyecto que acababa de enseñarle; incluidos gusanillos y carpeta. 

1 comentario:

  1. Definitivamente, si es un axioma el hecho de que nada en la vida es gratis, entonces es un corolario de que todo tiene un precio. Eso en Venezuela es más vigente que nunca: con la hiperinflación, lo que hasta hace uno o dos años, te regalaban, o te facilitaban, ahora se te vende. lo que antes era basura para desechar ahora es un bien preciado por el cual pagar. ejemplos? las bolsas de los mercados, ahora se cobran. el desperdicio de los restaurantes, ahora se vende.

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