domingo, 4 de enero de 2015

Por pedir, que no quede

Queridos Reyes Magos: 

Este año he sido muy mala, pero, en compensación de las decenas de Barbies que me trajisteis cuando era una santa, y que pasaron directamente de la caja a convertirse en diana en la galería de tiro, sería justo que este año me satisficierais.



En realidad no quiero nada material. La crisis me ha enseñado a ser muy austera. Ya no obtengo placer acumulando en los armarios y cajones ropa que no me pongo ni haciendo que las estanterías se comben con el peso de libros que no me dará tiempo leer. 

Os pediría un bebé; pero en la última misa funeral a  la que asistí el cura habló de los padres de Sansón. Eran muy viejos. Habían pasado los años y no habían procreado. Un día la mujer -madre de Sansón- va a su marido y le dice que un extranjero se ha pasado por su casa y le ha asegurado que es un mensajero de Dios y que va a tener un bebé... Hooooooombre. Guille es ingenuo, pero no pánfilo, y yo, aunque en un tiempo creí en la monogamia simultánea, ahora soy completamente fiel. Así que, vistos vuestros métodos, del bebé os olvidáis, que ya se lo pediré a una probeta. 

Sí os agradecería que a lo largo del año me proporcionarais más ratos como el de hoy: tirada en el sofá, con la posibilidad de leer durante más de ocho horas seguidas, sin molestias ni remordimientos por no estar trabajando. Cuando los gruñidos del estómago me hicieron dejar el libro, estaba completamente desorientada, sin saber qué hora era ni dónde estaban todos. 

También os agradecería que a la mujer menuda, de pelo ralo y voz susurrante que anda pidiendo por el barrio le proporcionéis un trabajo, como habéis hecho con la señora que vivía en un local destartalado de la calle Maestro Lecuona y que ahora es fácil ver, muy peripuesta, por las calles del centro. Aunque bien es verdad que se le suele prestar atención porque siempre va gritando, quejándose a pleno pulmón, que le va a entrar escorbuto porque no tiene ni tiempo para desayunar decentemente por culpa del trabajo. Pero puede que la mujer sea más feliz con las neuronas danzándole entre las orejas que con un razonamiento aburrido y normal. Así que no se os ocurra arreglarle la cabeza. 

Este año no os pido nada más porque la salud se la solicité a mi médico de cabecera que estudió un porrón de años en la universidad y anda más preparado que vosotros, del amor se ocupa Guille y de los gobernantes con inteligencia, Santa Rita, que es la patrona de los imposibles. 

Atentamente, muak muak muak:
Rebeca

5 comentarios:

  1. Pues nada, como principal, que el deseo del bebé se cumpla este año.

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  2. Debo precisar que ese ansiado bebé venga al mundo por medios naturales, no mas anunciaciones bíblicas por mensajeros divinos.

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    1. Muchas gracias por sus buenos deseos. Mi madre soltaría lo de: Dios le oiga. Yo, como soy atea, soltaré: Ojalá (algo paradójico porque creo que esa palabra hace referencia a Alá).

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  3. Todos los días se aprende algo nuevo, No sabía que esa expresión era de origen islam ( no es que tenga algo en contra de ellos). Yo no soy bueno pidiendo cosas a seres etéreos, por no decir inexistentes. Por ahora algunos planes: moto propia para apalear el tráfico apocalíptico (en el sentido literal de la palabra) lentes nuevos para estar menos ciego, internet fluido para no perderte de vista y por último, un megaproyecto que nos lleve más de tres meses entre cálculos, dibujos, disgustos y pagos (que creo que ya se está gestando. Un centro comercial de cinco niveles comerciales, cinco estacionamientos subterráneos, aire y agua para todos ellos y por el tiempo, me asignarán al fin un compañero de trabajo! se es un poco aburrido estar sólo en la oficina)

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    1. ojalá.
      (Del ár. hisp. law šá lláh, si Dios quiere).
      1. interj. Denota vivo deseo de que suceda algo.

      Lo recordaba, pero no estaba muy segura. Esa es la descripción de la RAE.

      Debemos de ser masocas, porque casi todos pedimos a los Reyes trabajo. Hace pocos años, pedíamos tiempo libre para poder disfrutar.

      A mí también me gustaría tener compañeros de trabajo. Antes éramos un montón, aunque cada uno trabajábamos en una parte diferente; pero estábamos constantemente conectados por skype y estaban las reuniones físicas cuando llegaba algún proyecto grande. A ver si la crisis se acaba de una vez y las cosas vuelven a como eran antes.

      Espero que tu compañero no te salga rana.

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