martes, 13 de enero de 2015

Los fantasmas lectores

¿Será verdad que los martes y 13 traen mala suerte? Ayer se nos rompió la lavadora. Desde que hicimos obra la tenemos en un chambaíllo que Guille montó en la terraza. Sólo fui a comprar al supermercado que está a unos 500 metros de mi casa. Cuando volví, encontré toda la terraza llena de agua porque los trapos se salieron del tambor y fueron un tapón perfecto para el sumidero. Debió de volverse loco el trasto. Se había desplazado más de un metro y medio, y descompuesto. El traslado de la cocina a la terraza le ha sentado muy mal. Guille quiere arreglarla. Me recordó a Fargo (la lavadora, no Guille, que es muy pacífico -me encantó esa serie-). Cuando los electrodomésticos se estropean pueden alterar bastante. 


Fui al piso de abajo por si les había calado el agua. Con ese piso tenemos una minúscula porción de medianería, pocos metros cuadrados que rompen por completo la intimidad. Los anteriores inquilinos nos obligaban a conocer con todo detalle su comportamiento sexual en el tálamo; los actuales parecen no tener sustancia. Ni siquiera se les escucha toser, ni sus pisadas. Pero de eso ya no me extraño. Me invitaron a pasar. Tienen todo el suelo cubierto por fichas de goma espuma, de las que se suelen poner en las habitaciones de juegos de los niños. Resulta extraño caminar por ellas, como si de repente hubiera aterrizado en un planeta con menos gravedad. Todo es raro en ese piso. ¿Cómo no se escucha ningún ruido si, a la hora del almuerzo, había siete personas? ¿Nunca se pelean? ¿Nunca gritan? ¿Nunca se ríen a carcajadas? Esperaban a que la comida se terminara de hacer, ocupando todos los asientos del salón, cada uno con un libro, periódico o revista en las manos. 

El agua de la lavadora apenas había hecho destrozo. Una mancha de humedad al final del pasillo. Mi propuesta de llamar al seguro para que les pintara el techo, pareció molestar a la mujer. Quedamos en que yo les compraré la pintura y ellos se ocuparán de hacerlo. 

Cuando me lamenté a Guille por nuestra mala suerte, dijo que podría haber sido realmente peor, si hubieran tenido falso techo en el pasillo, el agua hubiera reblandecido la escayola y terminado cayendo sobre nuestros silenciosos vecinos. Hay personas que siempre ven el lado positivo. 

2 comentarios:

  1. Desde luego, esos estropicios atacan los nervios del mas pacifico. No creo que sea por martes y trece, pues para los alglosajones, al menos para los ingleses, en día gafe es viernes y trece. Supongo que no es lógico la "mala pata" para unos y la normalidad para otros en función de la distancia.
    Es verdad que cada día aprendemos algo nuevo. Jamás había escuchado la palabra "chambaíllo".

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    1. Deberíamos considerar los días 11 de cualquier mes o de la semana como día gafe. Las últimas grandes desgracias han ocurrido en días 11 (incluido el terremoto y tsunami de Japón).

      Por fortuna ya tenemos completamente arreglada la lavadora. Un contrapeso se había soltado. Ha sido poco dolorosa la experiencia porque han puesto muy cerca de casa una lavandería tipo norteamericana; pero me temo que va a durar muy poco porque siempre que paso delante de ella está completamente vacía.

      Chambaíllo = diminutivo de chambao (hay un grupo de música que se llama así. Creo que es una palabra que he heredado de mi paso por Málaga. Significa chamizo o cobertizo ligero.

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