jueves, 10 de julio de 2014

Amores que matan

¿Qué talla de ropa necesitaría mi esqueleto descarnado? Con pellejos, músculos, grasa y demás, oscilo entre una 38 y una 40. El hueso de la cadera está muy próximo a la superficie. No creo que cupiese en una talla menor a la 32, que es precisamente la que utiliza mi sobrina con 13 años. Todas las adolescentes que la suelen acompañar, están cortados por el mismo patrón: son altas, estilizadas, muy flacas. A veces me arrastran al centro para ayudarlas a comprar ropa (aún necesitan la supervisión de un adulto). Casi todas utilizan la talla XS. Son cuerpos etéreos, frágiles, modelados por la naturaleza y el ejercicio (practican gimnasia rítmica, danza y/o ballet). 

No me habría puesto a pensar en la talla de la ropa si ayer en el periódico El País digital, no hubiera leído un artículo en el que se consideraba un escándalo que una marca de ropa estadounidense comience a comercializar la talla XXXS que equivale a la 26 en España. ¿Por qué lo hacen? ¿Por demanda del producto? Lo dudo. La talla más pequeña de la ropa infantil de esa marca comienza en la 2 (XS). Lo más probable es que sólo se trate de una campaña publicitaria. 

Pero, ¿por qué no se arma el mismo jaleo cuando alguna marca comienza a comercializar ropa de tallas extra grandes? ¿No se podría pensar que se está incitando a la gula, a que las personas gruesas puedan seguir engordando? ¿No son igualmente peligrosas las enfermedades por sobrepeso que por una delgadez extrema? ¿No son mucho más frecuentes los problemas que produce la obesidad? 

Cerca de la casa de mi madre vive una viuda con un único hijo adolescente. El chaval debe de medir metro sesenta y pesar cerca de los 100 Kg. Las partes del cuerpo que la ropa esconde, es fácil de adivinar porque siempre le acompaña un perro con el mismo problema de sobrepeso. Sus andares (los del adolescente y el perro) son dificultosos, como si no tuvieran articulaciones en las piernas. La madre está orgullosa del hijo porque no sale apenas, no se va con malas compañías y siempre está pegado al ordenador. 

Ante tutores así, ¿importa mucho la talla que pongan a la venta las marcas de ropa? Da la sensación que sólo se está soslayando un problema real.

1 comentario:

  1. La madre, por muchos errores "bienintencionados" que cometa con sus hijos, es el mayor exponente de la vida. Ahora que la mía se ha hecho tan mayor no pocas veces me asaltan remordimientos por haber combatido contra ella en esas batallas estúpidas y miserables que parecemos obligados a crear y ganar, convencidos de que la juventud y la segunda edad está en posesión de la verdad que nuestros mayores eran incapaces de alcanzar. Benditas madres que nos seguirían llevando en el vientre toda la eternidad, si hiciera falta.

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