tag:blogger.com,1999:blog-2221431006498630487.post2370761096540921326..comments2023-06-03T14:14:02.623-07:00Comments on Sin escrúpulos: La niña de la mochila rosaRebeca Osoriohttp://www.blogger.com/profile/00493332020652905871noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2221431006498630487.post-9073903312424487452015-02-02T22:44:45.545-08:002015-02-02T22:44:45.545-08:00Mi abuela también me contaba lo de la lata llena d...Mi abuela también me contaba lo de la lata llena de ascuas de picón. Hace tiempo, cuando era niña, en el pueblo de mi abuela, en invierno, aún se veía a alguna vecina a las puertas de su casa esperando a que las llamas se volvieran ascuas en el brasero. Me encantaba cómo olía. Siempre imaginaba que era muy fácil que el fuego prendiera la manta de la mesa y se produjera un incendio (aunque, por fortuna, nunca vi ninguno). <br /><br />Sospecho que la madre de la niña de la mochila rosa tuvo una mala racha durante esa semana (algún horario incompatible con el de la niña). Ya no hemos vuelto a verla esperando a la puerta del colegio, y hay tantas crías con mochilas rosas de princesas, que se camufla entre el resto. <br /><br />Nunca he probado esa leche en polvo (me recuerda a la se que utiliza para los bebés). En el internado lo que casi todas apreciaban mucho eran los tubos de leche condensada. Se lo tomaban directamente del bote. <br /><br />Muchas gracias por contarme su experiencia infantil. Rebeca Osoriohttps://www.blogger.com/profile/00493332020652905871noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2221431006498630487.post-11207535582039310722015-01-29T15:47:40.223-08:002015-01-29T15:47:40.223-08:00Pobre niñita, me apena imaginar sus momentos de fr...Pobre niñita, me apena imaginar sus momentos de fría soledad. Deseo que todo ese cambio que supone haya sido para su bien.<br />Toda esa algarabía infantil, que tan magistralmente retrata, me hace remontar a mi lejana infancia, cuando acudíamos a la escuela en los gélidos inviernos extremeños portando una pequeña "estufa", minúsculo brasero de picón para calentarnos los pies. También portábamos "jarrillos de lata" esperando el reparto de leche en polvo diluida, a veces tan mal diluida que formaba grumos, tantos que me resultaba difícil ingerir. Habían pasado bastantes años desde la cruenta Guerra Civil, cuando nos hacían cantar aquello de "España empieza a renacer", pero la mayoría de los niños de entonces aún pagábamos sus consecuencias. Sí, empezábamos a renacer por la trocada ayuda de los "USA", pero, sobretodo, por nuestra ilusión para encarar la vida. Nunca nos faltó esa algarabía infantil.<br />Perdón por este rollo, pero leyendo el relato no he podido evitar recordar aquellos años de penuria que hubimos de padecer y superar la inmensa mayoría de los niños y niñas españoles.<br />EL HIJO DEL HERREROhttps://www.blogger.com/profile/15994597157634696761noreply@blogger.com